El Panel Intergubernamental de la ONU sobre
Cambio Climático
(IPCC), dio a conocer en Berlín, el informe del tercer grupo de trabajo del
IPCC, centrado en la mitigación del cambio climático, un análisis de 235
expertos y unas 2.000. En este informe se advierte que sólo "un gran
cambio institucional y tecnológico", regado con "inversiones
sustanciales", puede contener la subida de las temperaturas por debajo de
los dos grados, así mismo señala que el mundo ha tardado tanto en actuar contra
el calentamiento global que tan sólo quedan 15 años para hacer ese esfuerzo
intenso antes de que detener el cambio climático sea tremendamente costoso y
sus consecuencias desastrosas.
Mas allá de entrar a reflexionar sobre los
efectos en Colombia, queremos observar desde la política publica, como la
gobernabilidad de nuestros problemas se ha gestado sobre el modelo: la ley-la
figuración-la limitación.
Las reacciones del Gobierno frente al
informe del IPCC, no se han hecho esperar, aunque timoratas y poco claras, pero
a la luz de los relectores allí han estado. En nuestro trabajo de seguimiento
hemos podido categorizar las reacciones y actitudes, bajo tres categorías del
referenciado modelo:
Una primera actitud-reacción es la de
normatizaciòn, esta situación ocurre cuando un arreglo institucional evidencia
desajustes, la reacción de los actores decisores, es la de crear nuevas reglas
de juego para que de manera incremental se solvente el problema. Un ejemplo lo
materializa la actual ministra de ambiente, quien advirtió que frente al tema
del cambio climático, el país viene trabajando y ya tiene listo un proyecto de
ley para tramitar en el congreso. Es decir, crear una nuevas reglas de juego
para posteriormente crear limites en las relaciones entre actores, en materia
de cambio climático.
Una segunda actitud-reacción, es la de
figuración. Esta situación ocurre cuando en el seno de la mega organización del
estado, subyacen agentes sectoriales con medidas o acciones parciales, no
acopladas. Un ejemplo puntual de esto lo
representa la columna del viceministro de minas, en el diario el tiempo
(domingo 13 de abril), quien presenta una diatriba que exhorta como gran
solución para la sequía que viven los pueblos en Colombia (como Maicao) a
explotar las aguas subterráneas a profundidades, con tecnologías para extraer
petróleo.
Una tercera actitud-reacción, es la
limitación. Esta situación ocurre cuando para ajustar el arreglo institucional
se diseñan limites de actuación humana, en materia ambiental estas se
configuran a través de normas de emisiones, entre otras. Un ejemplo de esta
actitud, es la del vice de ambiente, que plantea la necesidad de reformar los
limites de emisión de gases.
Esta modelación de actitudes, advierte de
manera primaria, que el país no parece estar siguiendo el camino adecuado,
mostrando que en materia de sostenibilidad para el cambio climático, requerimos
de una agenda publica consistente, coherente, articulada y de continuidad.
Algunas evidencias son:
Las actitudes identificadas no parecen estar
conectadas con la recomendación del informe IPCC, en primera instancia este
informe propone que se requiere un gran cambio institucional y en el país se
propone una ley para el cambio climático, que a primera vista parece operar
sobre el modelo del cesto de basura. En segunda instancia, el informe establece
la necesidad de desarrollar un gran abanico de medidas tecnológicas, y en el
país la investigación y desarrollo tecnológico está rezagada y las propuestas
gubernamentales, en algunos casos, están dirigidas a la extracción poco sostenible.
En tercera instancia, el informe incentiva a trabajar el cambio de conducta,
área en el que el profesor Mockus dió cátedra al cansancio cuando fue al
acalde; pero en el país la regla general es la de crear normas de limitación.
Al respecto, se debe considerar que los limites, constituyen un caso típico de
la falacia del falso dilema, según la cual se formulan las cosas de tal forma
que pareciera que no existen más alternativas que las dicotómicas que se
plantean.
Por lo anterior las actitudes – reacción del
gobierno, están mas conectadas con el modelo típico colombiano: la ley-la
figuración-la limitación, revisemos todos los problemas de asuntos públicos del
país, y verán como este modelo ha hecho carrera.
Mas que criticar al gobierno de turno, lo
que queremos significar es que el tema de la sostenibilidad requerida para el
control del cambio climático, no es un tema de cuentos macondianos como muchos
creen, que es cuestión de arbolitos o animalitos; es una cuestión de existencia,
que requiere de nuestro mejor esfuerzo como especie, produciendo conocimiento
científico e instaurando modelos de políticas publicas para administrar los
bienes comunes.
¿Y eso como se logra?, el informe del IPCC
no puede ser mas claro, y a nuestro gusto, por primera vez plantea la necesidad
de involucrar los asuntos de gobierno como escenario propicio para dar paso a
soluciones. Ahora, aparentemente es muy difícil en un país como Colombia, donde
aun existen muchos saldos sociales por cerrar, sin embargo, involucrar la dimensión
ambiental a las decisiones públicas, podría provocar efectos de innovación con
soluciones más ajustadas a la realidad.
De una manera metafórica, el país en materia
de sus asuntos públicos (en este caso cambio climático) necesita un modelo
basado en dirigir al jinete, motivar al elefante y allanar el camino, para
mayor información leer el libro titulado: cambia el chip de DAN HEATH