viernes, 18 de enero de 2013


LA COMUNIDAD LOCAL Y LA PLANIFICACIÓN REGIONAL:¿DOS ELEMENTOS ANTAGÓNICOS?


En el proceso de un trabajo de investigación particular que iniciamos, sobre planeación regional (PR), desarrollo local (DL) y participación; como mecanismos de integración, e incentivo de procesos de desarrollo desde lo local; hemos estado revisando trabajos, normas, CONPES y demás evidencias de campo que nos permitiesen encontrar luces o caminos metodológicos, y proponer direcciones conceptuales que puedan orientar el debate sobre DL.

En esa exploración nos encontramos a un autor, cuyos trabajos nos han parecido muy apropiados para nuestra intención investigativa. Nos referimos al profesor de la Universidad de Hamburgo, GERHARD SEDNER. En sus trabajos encontramos tres elementos sugerentes para nuestra investigación y que aportan al debate del país.

El primer elemento, corresponde a entender todos y cada uno de los cambios doctrinarios que ha tenido la planificación y el sistema económico regional en Colombia (para ello indudablemente una fuente de consulta, son los trabajos realizados por Adolfo Meissel).

El segundo elemento, se relaciona con tratar de develar ¿Qué significa relacionar en el contexto programático el relacionar “comunidad local” con “planificación y política de desarrollo integrado? En nuestra indagaciones, significa, sobre todo superar el neutralismo y el estructuralismo que se suscita: por un lado, en nuestras políticas públicas (revisen todas nuestras políticas, son sin acentoy sin reconocimiento particular de los territorios, por lo tanto no se fijan metas claras de lo que se quiere, ¿estamos preparado para eso?). Por el otro lado, en el análisis que se hace, de lo que se denomina comunidad local, donde es ausente el reconocimiento del antagonismo inevitable entre comunidad local y política o planificación desde un nivel central. Para ello es preciso que nuestros tomadores de decisión o formuladores, traten de considerar el concepto de desarrollo social en su sentido conflictivo y y contestario, es decir, los diseños institucionales que se realicen no se hagan bajo supuestos ideales (en las comunidades locales todo es armonía y cooperación). Esto sin lugar a duda, obligaría a estudiar con mayor rigurosidad nuestros territorios, y no desde el estudio típico socioeconómico, si no más con carácter organizacional colectivo (para ello las enseñanzas dejadas por Elinor Orstrom, son elocuentes). El efecto de esto, es que obligaría a pesar en diseños de muy largo plazo, lejos del inmediatismo de 4 años, ¿será posible esto?, sí en la medida que se de continuidad a los procesos reeleccionista en los tres niveles de gobierno.

El tercer elemento, es re-examinar el concepto o la definición que se hace de políticas o acciones de integración y su relación con el rol del estado en la escala local, o comunal. Desde esta perspectiva, las políticas de integración aplicadas en Colombia, tradicionalmente aparecen como instrumentos para la modernización, la movilización de la fuerza productiva y de los recursos humanos y la transmisión de crecimiento económico en una relación desigual en las distintas regiones del país. Es decir, integrar la periferia a favor del centro y de relacionar funcionalmente el área rural y centros urbanos. Sin embargo, esta visión parece ser ineficiente (miremos las iniciativas desde Lauchlin Currie, hasta las famosas locomotoras y nada ha cambiado en el sentido de planificación, es decir llevamos medio siglo en lo mismo).

Muchos aspectos de la problemática en el nivel local/micro y mesoregional, pueden derivarse en parte de este tipo de políticas, en la cual la proliferación y la delegación del marco político institucional “desde el centro hacia fuera” y “desde arriba hacia abajo” determinan el grado de autonomía regional y microregional en la decisión y la competencia, con la utopía que esto contrarresta o ilusamente manejaría, la estructuración horizontal y vertical del poder.

Nuestra intención no es prosopopeyica o de un nivel abstracto de compresión; así mismo no pretendemos ungirnos como los pseúdos conocedores del tema. Nuestra intención es compartir reflexiones sobre esta situación que acontece en el país.

Para finalizar, no estamos ante un escenario caótico, simplemente queremos llamar la atención que en el afán de ser mas pragmáticos y menos reflexivos, se está cocinando un CONPES de desarrollo local, que  muestra la ausencia de temas perdidos en el nivel del estado, tales como estructuración y funcionalidad del poder, el rol del Estado a nivel local y las alternativas viables.

jueves, 17 de enero de 2013

IMAGEN DEL DIA


Politización, la excesiva presencia de la política en ámbito social


Ayer en nuestra cuenta twitter (@CEIURBANO), trinabamos sobre la desvalorización que en nuestra sociedad tiene el termino política(por no decir, que esta perrateado). Hacíamos esa afirmación por que en Colombia ha hecho carrera, que cuando se desnuda un problema que marca rating, la solución pasa por dos escenarios como regla general. El primero se refiere a "Vamos a sacar una política publica, para mejorar la situación , el segundo enfunda la consabida frase "Crearemos una mesa o comisión exclusiva para atender el problema y solucionarlo".

Pues bien, ante esta reflexión  encontramos un articulo en el tiempo, un poco extenso para el blog, pero vale la pena reproducirlo, por cuanto se hace todo un recorrido lingüístico por el término 'politización' y sus implicaciones, en la sociedad de Hoy. 


El articulo que se comparte, fue escrito por Enrique Krauze.


'Politizar' es una palabra relativamente nueva en castellano. No aparece en el Diccionario de la Real Academia Española (edición de 1970). Significa al menos tres cosas: una concentración excesiva en la política a expensas de las diversas zonas de la realidad, una concentración excesiva en los aspectos más superficiales de la propia
política, y la primera acepción que consigna el mismo diccionario, en su edición vigente: "Dar orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas que, corrientemente, no lo tienen".

El uso primero es evidente en la prensa, los medios y las redes. Frente a la política, se desvanecen las otras esferas de la vida: los problemas sociales, los temas de la salud y la enfermedad, la ecología y la naturaleza, las cuestiones de religión y fe, las manifestaciones del arte, las letras y el pensamiento, las finanzas y los negocios, las iniciativas ciudadanas, la ciencia y la tecnología, el mundo exterior... casi todo salvo el deporte y la "cultura del espectáculo".


El fenómeno empobrece a quienes lo ejercen y lo consumen: día con día hay hechos ajenos a la política, más importantes, influyentes o trascendentes que los hechos políticos.

Una derivada de esta politización puede hallarse en las columnas y comentarios menudos que siguen los gestos, los rumores, los chismes y -sobre todo- las declaraciones de los políticos. Es casi un deporte en
el que se pierde el contexto social, la perspectiva histórica, la discusión de ideas, la valoración ética, el análisis lógico. En una palabra, el estudio de fondo -estructurado, fundamentado, estadístico, comparativo- de la política. En esa variante de la politización, la opinión desplaza al hecho, la ocurrencia al análisis, la política permanece en la espuma de los días.

El tercer significado es más interesante y complejo. El propio Diccionario lo recoge en una segunda acepción: "Inculcar a alguien una formación o conciencia política". Se trata de un uso positivo, por ejemplo en el caso de una sociedad apática o inconsciente de sus derechos. Politizarla es contribuir a su autonomía y madurez. Pero el uso puede tener también una cara negativa. Ocurre cuando se da una "orientación y contenido político a acciones, pensamientos o personas" cuya naturaleza es, o debería ser, esencialmente ajena a la política.

En la esfera de la cultura, la politización puede desembocar en lo que Jean Paul Sartre llamó "la militarización de la cultura". A un libro, una obra de arte, un descubrimiento científico o un producto cultural de cualquier índole no se le juzga -si se le juzga- por su calidad o su valor intrínseco, sino por la real o supuesta filiación política de
sus creadores. Si es "amigo", la obra es "buena"; si es "enemigo", la obra es "mala" o, finalmente, no existe. Con la "politización de todas las cosas" se pierde el sentido mismo de la creación y el saber. Por eso preocupa tanto que cunda en medios universitarios.

Una forma particularmente insidiosa y obsesiva de esta politización es la teoría conspiratoria. Quienes incurren en ella no preguntan sobre la verdad objetiva de los hechos sino por el "poder" que adivinan o imaginan -sin probarlo nunca- "detrás" de ellos. El poder elevado a categoría explicativa absoluta. No abundaré sobre esta patología intelectual y moral, tan presente en la retórica populista latinoamericana de estos años.

La politización de todas las cosas ha tenido efectos devastadores sobre las relaciones personales. En su tratado de la amistad, Cicerón apunta que la política es causa fundamental de la discordia entre amigos. En Venezuela y en varios otros países (incuido México) la politización extrema (esa forma intolerante de acercarse a la política
o de practicarla) no sólo ha sembrado división entre amigos sino entre hermanos. Familias enteras comienzan a considerar, apenas ahora, los costos del encono ideológico.

Criticar la politización de todas las cosas no significa llamar a la despolitización. No se trata de dejar la política sólo en manos de los políticos. Se trata de alentar la buena politización ciudadana (participativa, matizada, informada, inteligente, alerta) y desalentar la mala politización (ideologizada, fanática, trivial). Se trata de
enriquecer la vida política elevando la calidad del análisis político, del debate político y la crítica política. La "politización de todas las cosas" no contribuye a ese enriquecimiento. Paradójicamente, por la confusión intelectual que implica, contribuye a la despolitización.

Por lo demás, la democracia no requiere que empeñemos todo el tiempo -desayuno, comida y cena- en la  política. Un buen propósito para el 2013 sería devolver su riqueza y diversidad a la vida de cada nación.
Cuando no todas las primeras planas sean políticas, cuando las distintas esferas de la vida alcancen las primeras planas, tendremos la certeza de vivir en una sociedad mejor.

miércoles, 16 de enero de 2013

Adam Davidson: What we learned from teetering on the fiscal cliff

Reseña libro: PENSAR EL TERRITORIO. CONVERSACIONES CON ALBERT SERRATOSA



El género de la autobiografía está en auge. Es una suerte para las generaciones posteriores contar con testimonios directos de personas que, con sus aportaciones, han contribuido a la evolución de las sociedades humanas, y en particular a la conƒfiguración de su territorio. Son una fuente preciosa de información sobre los pormenores de las decisiones, los protagonistas y sus estrategias, a veces incluso sobre los proyectos fracasados o tergiversados. Sin embargo, en este tipo de literatura hay que considerar también las lagunas, lo no dicho, saber leer entre líneas. Por ello, suele ser un buen material para iniciar investigaciones más amplias sobre una determinada personalidad, analizando su obra y su contexto desde
bases cientíƒcas.

Este libro aparentemente es una compilacion de memoria, que intenta ser biográfica, sin embargo en su lectura, adquiere  la condición de compilaciòn de ensayos sobre la planfiƒcación territorial y el urbanismo, en una mezcla de “pensamiento teórico y práctico, ideas y experiencia”. Esta segunda característica se refuerza con los numerosos testimonios de memoria del territorio, particularmente de Barcelona y su entorno, durante
un vasto periodo que abarca de 1950 a 2010.

Albert Serratosa, es nacido en Barcelona en 1927, Ingeniero Civil y urbanista con amplio recorrido académico en cataluña.


Autor: Joan Tort i Donada, Rosa Català

EDITORES: DÈRIA EDITORS

DESEMPEÑO Y TRANSPARENCIA


En los últimos años en Colombia, hemos hablado mucho de tener gobiernos que generen resultados, basados en mayor transparencia y aumento en el desempeño de la gestión pública. Es decir, entregar mas bienes y servicios y con mejores resultados.

¿ Será que lo hemos logrado?. Ni nosotros desde CEI, ni nadie en el país tiene la medida exacta de cuanto hemos logrado. existen algunos informes como el Prodev,  que para algunos pueda resultar dudoso, donde evidencian avances en el nivel central, pero en los territorios el panorama cambia.

En cuanto a la transparencia, según una encuesta publicada el día de ayer por la alta consejería anticorrupción (llámese Carlos Galàn), la percepción de los funcionarios público, es que ha descendido el ambiente de caza de renta o de CVY. Será que esta es la misma percepción que tiene el ciudadano de a pie? Todos sabemos que las encuestas en un escenario donde la objetividad no es un don, no puede ser el mejor termómetro. ¿o será que se dió inicio a la campaña preparatoria para la re-elección?

Sobre el desempeño, no existe encuesta, y los mecanismos que hoy día se tienen, han demostrado no ser los mejores (consultese informe final comisión de expertos, para revisión al SICEP), nos referimos a la medición del desempeño integral a municipios y gobernaciones que hace el DNP.

Esta medición se dificulta, por cuanto no existe una cultura fuerte en el país, de seguimiento y evaluación a los planes de desarrollo, no nos gusta medirnos y cuando lo hacemos se hace de manera muy sesgada muestro lo que me conviene (¿usted ha visto o presenciado un mandatario reconociendo que incumplió algo de su plan de desarrollo?, son muy pocos. 

en materia de seguimiento el nivel central parece ser quien mas avance tiente, por cuanto posee un esquema de seguimiento al PND, con mas de una década de funcionamiento. La nación define que tiene un sistema de seguimiento robusto,  que incorpora una herramienta de administración llamada SISMEG y que ademas se encuentra online abierta al publico; lo cual es envidiable para muchos países de nuestra latitud. Pero esta robustez y transparencia parece languidecer cuando el usuario al observar los avances que se muestran en cada uno los pilares y metas del PND, no integra la ejecución financiera. Para hablar de rendimientos y de desempeño, en un ejercicio de seguimiento, es vital soportar el avance físico con la ejecución financiera. En términos sencillos, esto significa que el usuario, es decir el colombiano promedio, pueda saber cuanto se invirtió para lograr una tasa de cobertura en educación al 95% y que zonas del país están rezagadas. Lo anterior  nos retrotrae a otro lunar del seguimiento, y es la limitación que existe para territorializar estos avances, que tanto se cacarean en los medios.

Consideramos que, en este tema no solo basta con decir que avanzamos en la tasa o en el indicador, si no que existan elementos combinados, que realmente evidencien los progresos. Hoy día se nos informa que avanzamos, pero no sabemos a que costos y con que resultados. Un mandatario puede alegar que entregó el bien o producto, a unos costos muy altos y a beneficiarios que no lo requerían. En este caso técnicamente el seguimiento muestra que cumplió la meta, pero no muestra la esencia de seguir y controlar las acciones publicas, que es medir la creación de valor publico.

Si esto pasa en el nivel nacional, en los gobiernos locales hay muchas dificultades, que no son del caso en el presente texto. Así las cosas, desempeño y transparencia serán elementos mediáticos  pero aun exóticos en un armario de uniformes.

martes, 15 de enero de 2013

VUELVE Y JUEGA; Las CAR como centro de la problemática del sectorial ambiental, ¿Sofisma de Campaña?

Mucho se habla y se ha escrito sobre la necesidad de una política ambiental transparente, moderna, sostenible y no sabemos cuanto adjetivos mas. La mas reciente perla, sucedió anoche en hora 20, donde nuestro presidente, el Doctor Santos, planteó que había que meterle la mano a las Corporaciones Autónomas Regionales. Tema que no es nuevo en el país.

Volvamos al planteamiento del presidente, consideramos desde esta tribuna de CEI, que el presidente no se equivoca, pero lo que es innegable  es que si vamos a meter al país en este debate de reforma, se debe hacer en serio y de manera estructural. Afirmamos esto por que nos produce temor, que a los albores de una campaña electoral, se utilice esta reforma como cortina de humo para darle gusto a los congresistas, quienes en su mayoría reconocen a las corporaciones como un fortín político, que en los últimos tiempos les ha sido esquiva y ha mermado la presencia congresista, dado a que gobernadores y alcaldes han entendido que estos entes pueden fortalecer también sus sistemas de burocracia, haciendo valer su mayor injerencia territorial, frente al poder del legislador. en suma se ha gestado todo un choque de trenes de poderes locales.

Realmente las Coporaciones no son el centro del problema en el sector ambiental, es apenas un cuello de botella dentro del arreglo institucional (diseñado desde la constitución de 1991). Cuando se llama la atención sobre profundizar en la reforma, estamos planteando entre otras cosas que no se hagan cambios incrementales (por ejemplo acabar la ANLA y devolver esta función al Ministerio, o cambiar el estatuto de funciones de las CAR), sino que por el contrario se ajuste el arreglo institucional (para entender la diferencia entre ajuste y cambio, recomendamos leer el texto de Robert Goddin, la teoría del diseño institucional).

Una manera de iniciar este ajuste pasa por un elemento crucial en la política publica del país y es la de  integrar o vincular desde el mismo procesos de agendación  hasta la formulación y ejecución de la política publica; la variable ambiental. Esto no es nuevo ni estamos inventando la rueda (véase:) de lo que se trata es que la variable ambiental este presente, tanto en los procesos de toma de decisión  como en la creación de valor publico.

Este sencillo inicio permitiría trabajar sobre las disfuncionalidades que evidencia el estado, a través de sus distintos entes u organizaciones. Para parroquializar lo anterior, esta integración permitiría por ejemplo que la ANI no siga planteándose políticas publicas de infraestructura, donde la variable ambiental es un tramite de licencia.

Ahora este planteamiento de inicio, no es sencillo por que hablamos de un estado sectorial, con intereses particulares, desacoplado en su articulación (por eso turismo toma decisiones y parques naturales no las conoce. Mincomercio desconoce que aprueba o no, la superintendencia -  leáse caso sombreros vueltiaos- y así sucesivamente). También hay que reconocer  que estamos en un estado, donde la variable ambiental no pesa en sus decisiones políticas, ni técnicas  y a las sociedad no parece interesarle (cuantos en el análisis integral de un programa de gobierno recuerda que planteaba Santos, Nadie).

Creemos que un elemento que puede facilitar este proceso de inicio, es la Evaluación Ambiental Estratégica, que inicio hace unos años con fuerza en el país,  sin embargo ha perdido fuerza por cuenta de pseudos  técnicos, quienes consideran el instrumento o herramienta como un paso mas, de carácter complejizador que demora las tomas de decisión en necesidad de ejecuciones (no lo hemos podido constatar a escala uno a uno, pero eso es lo que hemos evidenciado por terceros,  que manifiesta quien maneja los destinos de la subdirección ambiental del DNP, y que por esta razón la iniciativa del Ministerio de ambiente de formular y publicar una guía de EAE,  no era legitima, ya que quien debe definir estas orientaciones es el DNP. - en síntesis, desde CEI, esos es típico del maniqueísmo que viven nuestras organizaciones publicas y mas en el de Planeación Nacional).

Si la EAE tuviese esa característica distorsionante, la OCDE con quién Colombia quiere hacerse miembro; tiene este instrumento como eje fundamental en los procesos de políticas publicas. dicho de esta manera habrá que crear una cruzada para que la OCDE presione al país, para que dentro el proceso de reforma no solo se centre en las CAR, sino que sea a profundidad ajustando el arreglo institucional y así se pueda reglamentar la inclusión de la variable ambiental en los asuntos públicos.