Es frecuente
escuchar cuando se menciona la palabra público se adopte sinónimo de
ineficiencia y demás adjetivos negativos. En un reciente comercial político, de
la presente campaña, un ciudadano hace alegoría a que los problemas que aqueja
a la educación del país, es achacable al gobierno, lo cual no es del todo
irreal. Sin embargo preocupa como en un spot publicitario un candidato parece
olvidar que el funcionamiento de un gobierno, comoestructura organizacional,
dependiera solo de la llegada inmaculada del salvador. Preocupa esta visón omnisciente
y omnipresente del individuo que cree que el gobierno, es un caudillo.
Realmente no
creemos que el equipo del Candidato Zuluaga o del presidente Santos, no tenga
claro el concepto de gobierno. Lo que es claro que en la arena electoral,
parece que son validas todo tipo de argucias comunicacionales para evadir
cierta rigurosidad conceptual, como en este caso por ejemplo, los males de la
educación son el Gobierno.
Nuestra visión del
tema parte por constatar que lo que llamamos gobierno no es un monolito. No
actúa de manera lineal, de una manera siempre lógica e integrada, como si
hubiera una mente maestra unitaria detrás de todos los actos gubernamentales.
En otras palabras, cuando nos referimos al "gobierno" nos estamos
refiriendo a un conjunto de entes heterogéneos, diferenciados y complejos. No
es posible, simplemente, suponer que se trata de un actor racional unificado
(Allison, 1971).
Todo esto, no sólo
porque al gobierno lo componen individuos y grupos con intereses específicos.
Ya la ciencia política ha constatado varias veces ese fenómeno. Tampoco, sólo
porque exista una relación económica de los aparatos gubernamentales con la sociedad
(Downs, 1967; Niskanen, 1971) sino también porque los actores gubernamentales
actúan dentro y para una arena particular: la arena de las organizaciones. Es
en las organizaciones donde las acciones de los actores y grupos adquieren
sentido. Donde los recursos se movilizan y se aplican. Donde las políticas se
generan y luego se implementan. Donde las reglas, leyes y normas operan en la
práctica. Donde los marcos de interacción y de regulación dan sentido y cierto
nivel de certidumbre para la interpretación de las personas. Donde la sociedad se
relaciona con sus representantes e instituciones.
Más aún, el
gobierno puede ser visto como un conjunto de organizaciones que, supuestamente,
deberían tener una lógica integral, común y congruente. Su actuación,
idealmente, no puede ser heterogénea, autónoma, sino que forma parte de una red
compleja a la que se le quiere dar cierta homogeneidad de actuación, discurso y
resultado. En otras palabras, el gobierno es una red de organizaciones con
pretensiones, nunca alcanzadas pero requeridas como principio de existencia, de
actuación homogénea, lógica y continuada.
Es común observar
que las organizaciones gubernamentales son pensadas como meros instrumentos donde
los actores políticos y burocráticos intentan aplicar sus proyectos y esperan
respuesta automática de aquéllas. Las más de las veces, pese a todo, la
distancia entre lo planeado y formulado por un lado y lo obtenido y ejecutado
en las organizaciones, por el otro, es bastante amplia (Olsen, 1976). Es
necesario modificar el supuesto de homogeneidad en el espacio gubernamental así
como la creencia de que las organizaciones son meros instrumentos.
Pero estas
carencias inofensivas de un spot o publicidad de campaña, cuatro años después
son el caldo de cultivo prefecto para que los gobiernos de turnos cada vez
implemente la estrategia de inaugurar mas sueños, que realidades, como por
ejemplo: dos millones viviendas que terminaron en cien mil; acabar con la
guerrilla y ahí están, el túnel de la línea y sigue allí, 300 km de dobles
calzadas y solo van 100 y sin terminar. A nivel territorial la situación es más
dramática, donde la inauguración de sueño es la formula predilecta para mostrar
que ejecutan, pero que no gerencian.
Todos debemos
entender mínimamente (sociedad civil – Gobiernos – empresa privada), que se
deben trabajar en tres aspectos:.
l. La
transformación del concepto de gobierno-monolito al de gobierno como
estructuras organizacionales diferenciadas en sociedades complejas y plurales.
2. La dualidad de
las organizaciones gubernamentales.
3. El gobierno como
red de organizaciones
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