Hace un par de
semanas planteamos una reflexión sobre los retos de un gobernante al frente de
los destinos de un territorio. Pero hoy queremos compartir, una reflexión sobre
aspectos de la ingeniería organizacional e institucional (concepto desarrollado por Giovanny Sartori), en la que debe pensar
un mandatario antes de asumir el reto de gobernar. Para nosotros es claro que
el ejercicio de gobernar, debe pensarse profundamente desde el momento en que se
decide lanzar una candidatura. No es solo conseguir los recursos de financiación
y conseguir los votos, que eso corresponde a la mecánica electoral, hay que
pensar en la mecánica de gobernar.
La mecánica de
gobernar va más allá de hacer un plan de desarrollo, de ejecutar un
presupuesto, incluye temas como acercar al gobernado, como gerenciar recursos
limitados para una demanda de necesidades crecientes. Esto indudablemente ha
conducido a los gobernantes y gobernados, a un mar de aguas turbulentas, en las
que se han creado atajos que conducen a la desconfianza y desvalorización de lo
público. La pregunta entonces en que debe pensar un futuro mandatario o
mandatario para configurar un gobierno dinámico e insertado en la modernidad,
donde el flujo de información tiene más caminos de fluir, pero existen mayores
oportunidad de sesgar.
En este
escenario sería adecuado que un mandatario pensara seriamente en Organizar un
gobierno con carácter de catalizador. Es decir un gobierno con un equipo capaz
de navegar en vez de remar en individualidades. Los gobernantes deben ser
catalizadores y emprendedores de acciones que combinen, cuando sea posible, los
intereses público y privado. Veamos dos ejemplos (a nuestro juicio):
administración Mockus y Peñalosa, el primero con un acento de equipo, coherente
con la filosofía del mandatario cultura ciudadana. El segundo más proclive al
desarrollo urbanístico integrador de la economía. Los dos a su estilo
permitieron la recuperación de una gestión administrativa honesta, que
replanteó la credibilidad pública en el gobierno.
Un segundo
elemento, es pasar de la demagogia de la participación y la visión social, a la
ccion verdadera de los espacios participativos. Por lo tanto el mandatario debe
comprender que se Necesita un gobierno comprometido con la comunidad, que
fortalezca su presencia, capacidad de decisión y realice acciones eficaces. Por
ejemplo: La labor emprendida por el PNR (1986-1990) en varias regiones de
Colombia. A través de su gestión, se impulsaron amplios sectores de la
comunidad, que pudieron intervenir y autogestionar proyectos que beneficiaron
sectores tradicionalmente olvidados.
Como tercer
elemento, el mandatario debe entender que sí quiere ejecutar más allá de lo que
permiten los recursos del SGP, debe interiorizarse que debe constituirse en un
gobierno competitivo. Que por un lado valore sus reales posibilidades de
financiación y capacidad de gestión para la consecución de recursos; y por el
otro lado que acepte que existe un mercado donde se permita la competencia en
la prestación de los servicios públicos. Por ejemplo: La posibilidad que se dio
para que coexistan los Fondos de Cesantías y el Fondo Nacional del Ahorro.
También la coexistencia del aseo público y privado. En relación con el Fondo
Nacional del Ahorro, es notable el cambio en la organización de sus oficinas y
la agilización y sistematización de los trámites respectivos. En cuanto al aseo
privado, en el caso de Bogotá, fue importante el cambio en la prestación del
servicio. Obsérvese que en nuestros días se están haciendo reestructuraciones
significantes al respecto.
Como cuarto
elemento esta un viejo conocido de nuestro blog. Este se refiere a la necesidad
de entender e interpretar la organización pública que va manejar. Con esta idea
entenderá que la organización difícilmente se alineará, por lo tanto,
seria básico implementar mucha micro
gerencia.
El quinto
elemento es el tan cacareado, gobierno de resultados, en el que las
instituciones que demuestran eficiencia y manejo eficaz de los recursos
públicos, sean fortalecidas. Hay que dar importancia a la generación y al
ahorro de recursos, no simplemente gastarlos, o más aún, invertirlos
inútilmente. Para ello son vitales 5 cosas: 1 saber desde la campaña lo que se
quiere y como lo logra. 2. Un plan de desarrollo consistente y coherente. 3. Un
arreglo organizacional con micro gerencia. 4. Un sistema de seguimiento
orientado a la toma de decisiones, basado en la medición constante y permanente.
5. Agendación, disertación decisión y resolución de situaciones problemáticas,
para luego tener canales de comunicación efectivos con el gobernado.
El sexto
elemento es el más difuso de todos y se refiere a un eslogan de campaña: Cristalizar
el gobierno al servicio de los usuarios. Los gobiernos democráticos deben
justificar su existencia colocándose al servicio de los ciudadanos. El gobierno
está para atender las necesidades de la ciudadanía y no de los cazadores de
renta y negociantes clientelistas que han hecho perder la respetabilidad de la
burocracia. Hay que evitar la tramitomanía a que frecuentemente es sometido el
ciudadano cuando va a solicitar un servicio público.
Sobre cada uno de estos
elementos se está trabajando en el proyecto inngobernado, y que más adelante
daremos a conocer.
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